Donde se siente el mar.
Siéntate y empieza a sentirte.
Háblale, dile, déjate oír.
Búscate en él y te verás.
Observa, disfruta cómo navega en ti
y no te pedirá nada, nunca
y a veces te hará reír,
pero otras ves cómo se emociona y...
cállate, mírale, ofrécele un
gracias por estar ahí.
A Juan.