martes, 6 de julio de 2010

Gracias


Cuentan lenguas seseantes, que hace ya una década habitaba por Sevilla un viejo errante con cara de niño desolado y escondido en un pequeño y triste cuerpo.

Para él no existían los problemas, pero tampoco las aventuras. Vagaba sin cantar y quien le acompañaba era sólo para hundirle en su memoria. Andaba por la inercia de los pasos y por esa desidia que le acompañaba en las tardes de los viernes. Así anduvo y anduvo sin dejar huella en el camino hasta que los azares del destino le empezaron a regalar varios motivos para reconciliarle con la vida y para quitarle el maldito traje gris.

Su primer motivo vino por sorpresa. Nunca creyó que su primer impulso fuese tan distinto a él como aquel impulso era. Vino lento y cauto, firme y decidido. Éste fue el primero que le hizo pensar que era alguien especial.

Casi a la misma vez vino un segundo apoyo vitalicio. También inesperado, se unió a la causa después de haber estado merodeando algún tiempo.

Después llegó una sonrisa. La sonrisa que tanto y tanto había ansiado. La sonrisa llevaba tiempo llamando a su puerta, pero por una serie de ruidos, nunca pudo escuchar el timbre.

En cuarto lugar llegó un oído donde cantar las penas. Un oído que escuchaba y gritaba a la vez, un oído que por el tiempo, tuvo problemas de audición.

También llegó el día en el que llegó una conversación interesante, que callaba cuando debía y siempre hablaba oportunamente.

Para terminar, llegó la alegría. Una alegría trabajada (después de haber visitado la pena) y que inundaba noches frías para convertirlas en candelas.

Y así me fui reinventando, junto a todos mis amigos, esas personas que sin saberlo me cogieron de un agujero y me sacaron a la luz, esas personas que convertieron a un viejo prematuro en un niño eterno.

A José Carlos Miguel "Negro", Ismael Cabas, Alfonso Reina, Javier Rubiales, Pablo Rodríguez y Antonio Miguel "Pitoño".

2 comentarios:

  1. Gracias por la parte que me toca. Me llegó al alma.

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  2. Impresionante, estoy ahora mismo en una nube de recuerdos. Sabes que tu blog se llame árbol "rojo"... Pero también conoces que lo digo para las coñas.

    No tengo palabras, lo he leído ya tres veces y hace que mi mente vuelva atrás... Aunque también esbozo una sonrisa de felicidad por todo lo que aún nos tocará vivir a TODOS siempre juntos. Gracias por existir.

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