lunes, 14 de noviembre de 2011

Todo el mundo quiere a Sara. Entrega XII


... todos o casi todos los días se acordaba de aquella fiesta. Ya quedaron lejos los días universitarios y ahora Sara vivía con un buen sueldo de funcionaria en la casa que más se alejaba de su vida. Los niños la adoraban, las madres la envidiaban y los padres, menos los padres gays de Sergio, se la comían con los ojos. Nunca hasta hoy, Sara besó a nadie. Solo dio algunas caricias por compasión y se entregó a un amigo por misericordia. Fue su fuerte moral cristiana, forjada a través de una antigua amiga de la facultad, la que le enseñó a disfrutar poco y en la clandestinidad del baño. Poco a poco Sara se estaba quedando más sola consigo misma. Poco a poco Sara se quería cada vez menos. Poco a poco Sara ...

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