viernes, 29 de enero de 2010

Todo el mundo quiere a Sara. Entrega VI


... el regazo materno de Dolores le acompañó hasta que, pocos meses después, Dolores y Marcos dejaron atrás una estéril relación de 15 años.
Fueron momentos malos para todos. Hubo engaños y traiciones, hubo gritos y empujones, hubo pena y desilusión. A Dolores le costó hacerse a una nueva vida. Y la que hasta hace poco estuvo durmiendo en su regazo, dormía ahora en silenciosas cunas, un día en casa de los abuelos y al otro día en cualquier casa.
Solas las dos, ya que Marcos entendió que sin lazos de sangre no había lazos de responsabilidad, tuvieron que salir a flote en unas aguas oscuras, lejos de la orilla. No era fácil mantener el nivel de vida que llevaban con el sueldo del antiguo inquilino del colchón de matrimonio, así que Dolores tuvo que pensar dónde estaba, buscar, encontrar y desempolvar ese título de higienista dental que tan poco esfuerzo le costó conseguir (Marcos era un prestigioso odontólogo que tiraba de contactos cuando Dolores estaba estudiando). No le fue difícil encontrar trabajo en el mundo de los premolares y las endodoncias, ya que, aunque Marcos se había llevado el grueso de amistades, todavía había algún alma caritativa dispuesta a dar trabajo a una persona sin experiencia y con una hija sin padre...

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